No existe tal crisis de la Universidad, es imposible. Llevamos más de un siglo hablando de esa crisis y de la necesidad de reformar la Universidad española. Y me pregunto, ¿cuál? Porque uno ya no sabe qué institución es la que debe reformarse. Quienes se
llenan la boca permanentemente con esta palabra, qué casualidad, suelen ser aquellos
que pertenecen a la generación que tuvieron en su mano dar el salto adelante en
la institución, parejos al que estaba dando la sociedad española, y no lo lograron.
Álvarez
Junco, tan clarividente como siempre, declaró al diario El País el día de su
jubilación (23 de enero de 2014):
“El país ha vivido medio siglo
bueno, pero la Universidad no ha estado a la altura. Es un fracaso de nuestra
generación… Quizá ha adoptado el viejo clientelismo como forma de ser. En
universidades extranjeras formas a los alumnos para que vuelen, no para que los
contrate el mismo centro. Eso reproduce los clanes y eso ha lastrado la
Universidad”
Lo suscribo al 100%. La
Universidad española actual es hija de una generación que no ha sabido hacer
Universidad, a pesar de que ellos hayan sido grandes universitarios. Son los mismos que hablan de una crisis para la que le dan
recetas obsoletas y siempre dirigidas por el principio “en mi época era mejor y
ahora nadie vale nada porque no pasaron la trinca…”, alimentadores de capillas
y cenáculos, y que han permitido la paulatina degradación de la institución en
manos de sus discípulos que son tal para cual. ¿Quién ha dicho que por ser
universitario uno sabe más y mejor de la Universidad? Uno sabrá algo de lo suyo
y punto…